El
18 de Agosto de 1602 una delegación de la orden religiosa de los padres
dominicos llego a España. Al llegar, hicieron un espacio con dos cuadras en
donde ellos fundaron un seminario católica al cual el dieron el nombre se Porta
Coeli, en latín significa “Puerta del cielo”. En el seminario tenían un bello
crucifijo con la imagen de Jesús. Debido al conflicto religioso iniciado en
1926 la iglesia se cerró y trasladaron la imagen a la Catedral en 1928. Existe
una leyenda sobre la imagen que afirma que un clérigo tenía la costumbre de
orar ante la imagen diariamente y al final de su oración besar piadosamente sus
pies. Cierto día, un hombre confesó que había robado y matado cruelmente. El
hombre afirmo que Dios siempre estaría dispuesto a perdonar pero para poder
darle el perdón era necesario que regresara lo robado y se entregara a la
justicia, ya que no bastaba con solo decir la oración, sino que necesitaba
arrepentirse y remediar los daños de alguna forma. El hombre salió lleno de
enojo, temiendo que el sacerdote lo fuera a entregar, decidió terminar con el.
Escondiéndose detrás de las sombras, se introdujo a la capilla y ungió los pies
del Cristo con veneno. Todas las noches, el clérigo hizo la oración, y al
acercarse a sus pies, quedo sorprendido al ver que la imagen elevaba los pies
para que no pudieran ser besados y al mismo tiempo absorbía de pies a cabeza el
veneno, convirtiéndose en un Cristo negro. El hombre que había querido asesinar
al clérigo había sido testigo del maravilloso prodigio y se entrego a la
justicia. Con lágrimas le pidió al Cristo perdón por sus delitos y obtuvo la
gracias, no sólo de purgar una condena más breve sino de terminar vida en
gracia con Dios. Todos admirados decían que la imagen no sólo había absorbido
el veneno de sus pies, sino que también todos los pecados de los hombres que
son como un veneno que impide tener la vida eterna. Desde entonces, se le
conoce como el Señor del Veneno, y a él acuden miles de personas fieles
buscando ayuda y consuela en su vida, como lo atestiguan los cientos de exvotos
colocados en su imagen.
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